Mate, museo de Mario Testino en Lima

Tuve la oportunidad de visitar el Museo Mate en Lima, dedicado a uno de los máximos exponentes de la fotografía de moda, Mario Testino. En este lugar ubicado en el barrio de Barranco Testino expone su mirada más íntima, rindiendo homenaje a sus principales musas, las modelos Kate Moss y Gisele Bünchden. En el dedica una amplia sala a la desaparecida princesa Diana. Si vas para Lima no te lo puedes perder.

Mario Testino es mundialmente reconocido como uno de los más influyentes y famosos fotógrafos de moda y retratos de nuestro tiempo. Sus imágenes han sido publicadas internacionalmente en revistas como Vogue, V Magazine y Vanity Fair. Ha trabajado con grandes marcas como Gucci, Burberry, Versace y Michael Kors hasta Chanel, Estée Lauder y Lancôme. El talento de este hombre está consolidado con una carrera internacional. Mario ha decidido fundar en su Perú natal una asociación llamada MATE, institución cultural especializada en su obra fotográfica en contribución a la herencia cultural de su país. Para mí se ha trasformado en una parada imperdible de la ciudad.

EL RECORRIDO

En el inicio de la travesía fotográfica por este museo, ubicado en una casona del siglo XIX, Testino capta el desenfado de Naomi Campbell en una sala dedicada a ella, además de la complicidad que existe entre ambos. El recorrido continúa con una habitación dedicada a grandes de la música, Elton John, Robbie Williams, The Rolling Stones que muestran sus diferentes facetas como la alegría, la espontaneidad hasta la seducción máxima.

El espacio más sensual de MATE son las fotos de celebridades y amigos de Mario. Angelina Jollie, JLo, Gael Garcia Bernal, Janet Jackson retratados en imágenes potentes todas parte de la colección permanente del museo. En otras paredes se encuentran Nicole Kidman, Gwyneth Paltrow, Demi Moore y Brad Pitt.

Como les mostré en mis #instastories, existe una sala entera dedicada a la princesa Diana. El vestido blanco Versace que utilizó en su última sesión de fotos con Testino, dos meses antes de morir, está el centro de la sala sobre el que giran sus múltiples retratos en blanco y negro. La cercanía que genera el fotógrafo con sus personajes retratados, se muestra en su máximo esplendor con la princesa Diana, a quien captó con un aire menos real y cálido.